El virus del papiloma humano (VPH) comprende diferentes familias de virus que provocan varias manifestaciones en la piel. Las más importantes son la verruga vulgar y la verruga genital o condiloma. Este último tiene trascendencia, porque la infección no tratada en las mujeres puede desencadenar a largo plazo un cáncer del cuello uterino.
¿Cómo se produce?
El virus del papiloma está distribuido por todo el mundo, y se contrae con facilidad por contagio de persona a persona, o a través de superficies húmedas de duchas, piscinas o vestuarios frecuentados por muchas personas. La verruga genital o condiloma se contagia con las relaciones sexuales.
Síntomas (o sintomatología)
1. Las verrugas o papilomas tienen tendencia a aparecer en la zona de contagio y extenderse durante un tiempo. Dejadas a su evolución natural, desaparecen solas en un tiempo que oscila entre semanas y años. Son frecuentes en niños en las manos, afectando los dedos y las zonas de alrededor de las uñas. También es frecuente observarlas en la planta de los pies (verrugas plantares), donde pueden provocar dolor al caminar. Otro tipo frecuente en niños y adolescentes son las verrugas planas juveniles, que aparecen en forma de manchas o puntos poco sobreelevados, de color rosado o marrón claro (a veces cuesta distinguirlas de la piel normal), en la frente o las manos. Pueden crecer hasta un gran número.
2. Las verrugas genitales o condilomas aparecen en el hombre en el pene, el ano o las zonas genitales vecinas, en forma de crecimientos verrugosos con un color que oscila entre el de la piel normal y el marrón oscuro. No suelen provocar picor ni otros síntomas. Si crecen de forma exagerada, pueden formar masas grandes con aspecto de coliflor. En la mujer se manifiestan de igual manera, pero pueden ser poco visibles si afectan a la vulva. Existe además una infección microscópica por el papilomavirus que sólo es evidenciable con las citologías (una prueba que se realiza de forma rutinaria en todas las revisiones ginecológicas).
Diagnóstico o cómo se diagnostica
En general el diagnóstico es visual, salvo la infección por papilomavirus en las mujeres, que exige la práctica de una citología. Incluso cuando las mujeres muestran condilomas visibles en los genitales externos, está indicada una exploración ginecológica de la vagina y la toma de muestras para citología para asegurar que no exista infección en los genitales internos.
Tratamiento
1. Las verrugas extragenitales pueden tratarse con diferentes opciones, aunque el tratamiento óptimo, que debería de ser un medicamento activo frente al virus, no existe todavía. Muchas veces se sigue una actitud expectante, es decir, no hacer nada porque las verrugas desaparecen por si solas, pero en muchos casos las molestias que ocasionan (en especial las verrugas plantares) o el problema estético que acarrean, indican un tratamiento.
La mayoría de los métodos destructivos se basan en la aplicación de:
- Líquidos cáusticos o vesicantes (los típicos líquidos antiverrugas)
- La crioterapia con nitrógeno líquido aplicada por el dermatólogo (la crioterapia aplicada por el propio paciente con aparatos de un solo uso que se venden en las farmacias es poco eficaz)
- La destrucción bajo anestesia local con electrobisturí, cirugía o láser. Ninguno de estos métodos asegura el 100 % de curación, y la verruga puede reaparecer si los restos de virus en la piel son viables.
Medidas preventivas
Las medidas preventivas para las verrugas extragenitales se basan en evitar el contagio. La precaución más importante se centra en las verrugas plantares, que se contraen por caminar descalzo sobre superficies húmedas y frecuentadas por muchas personas (duchas, piscinas, spas, vestuarios). Se recomienda el uso de chancletas.
El uso del preservativo evita el contagio de las verrugas genitales en las relaciones sexuales. Además, previene el desarrollo de otras enfermedades de transmisión sexual, por lo que todas las campañas de prevención se centran en su uso en las relaciones sexuales esporádicas. Otra medida preventiva importante es la detección sistemática del VPH en las citologías que se practican a todas las mujeres en las revisiones ginecológicas rutinarias. Estas revisiones han conseguido disminuir dramáticamente la incidencia del cáncer de cuello uterino en el mundo desarrollado.
Vacunas: se están comenzando a aplicar las primeras vacunas frente a algunos tipos del virus del papiloma humano genital, en concreto para aquellos que pueden provocar cáncer de cuello uterino. Estas vacunas se aplican a las niñas antes del inicio de las relaciones sexuales. Existen diferentes tipos de vacunas, su uso todavía no se ha generalizado, y el impacto que tendrán sobre la infección en el futuro no será evaluable hasta que pasen años. Es deseable consultar al pediatra de referencia sobre la conveniencia de esta vacuna.
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